Debido a la historia reciente del apartheid en Sudáfrica, con su empobrecimiento sistémico y el pobre empoderamiento de la población negra, muchas personas aún tienen baja autoestima y un sentimiento generalizado de desesperanza. El alcohol y las drogas son una forma tentadora de escape. La dependencia de drogas, especialmente entre los jóvenes, es muy común y con demasiada frecuencia conduce a una vida de crimen y violencia para mantener el hábito.

En Sudáfrica, una de las causas más comunes de discapacidad en los niños es el síndrome de alcoholismo fetal (SAF). Es el resultado del consumo excesivo de alcohol por parte de las madres durante el embarazo.

Los niños con SAF tienden a tener discapacidad intelectual leve, muy inquietos, tienen poca capacidad de atención y, a menudo, un comportamiento extraño o inapropiado. También tienden a tener bajo peso, crecer lentamente y enfermarse con frecuencia.

Los departamentos de salud y los programas de rehabilitación, como APD, realizan campañas continuas para desalentar el consumo de alcohol durante el embarazo y educar a las mujeres sobre el riesgo del SAF. Pero el problema persiste, en gran parte porque muchas mujeres tienen una opinión muy baja de sí mismas y sienten que es inútil tratar de mejorar su situación. Los efectos de un sistema social opresivo en la estructura de carácter de los oprimidos se conocen como “opresión internalizada”. El tema surgió una y otra vez en nuestros talleres.