El 25 de diciembre de 2004, cuando Kinari estaba en su último año de residencia, ocurrió un terrible tsunami en el Océano Índico, que provocó un maremoto que mató a 267,000 personas, más de 200,000 de ellas indonesias. Cuando solicitó un permiso de ausencia, no solo aprobaron, sino que también recaudaron dinero para cubrir sus gastos, como contribución al esfuerzo y ayuda de su residencia.

Kinari pasó 6 semanas en Aceh, Sumatra, en la comunidad costera más afectada por el tsunami. El noventa por ciento de las personas allí murieron. Los cuerpos todavía estaban esparcidos por todas partes, ya que había muy pocos capaces de eliminarlos.

Miles de personas heridas y hambrientas buscaban seres queridos a través de los escombros, o simplemente intentaban sobrevivir. Fue la experiencia más angustiante en la vida de la joven médico. Kinari trabajó todo el día haciendo lo que pudo para ayudar a los heridos y los que estaban sufriendo.

Mientras estaba en Aceh, Kinari tuvo la oportunidad de observar a las agencias de ayuda internacional en acción: decenas de agencias y organizaciones, gubernamentales, no gubernamentales e internacionales. Vio que gran parte de su trabajo era ineficaz, en gran parte porque rara vez escuchaban a la gente para descubrir lo que más necesitaban y deseaban. Fue en Aceh donde Kinari decidió que, si alguna vez establecía una clínica, buscaría la participación de las personas que reciben ayuda.

Después de su desgarradora experiencia en Aceh, Kinari regresó a su entrenamiento de medicina familiar en California y completó su residencia.

La tala ilegal está diezmando las selvas tropicales y contribuyendo al cambio climático, tanto a nivel local como global.