Antecedentes

Durante muchos años, los mapuches fueron explotados, humillados y dispersados. Sus hijos tenían que ir a la escuela donde se les enseñaba en español. Aprendieron estudios sociales desde la perspectiva colonial. Se hizo todo lo posible para despojarlos de su cultura y asimilarlos al estilo de vida euroamericano. Pero a pesar de todos estos intentos de erradicar sus raíces indígenas, una parte significativa de los mapuche se aferró tercamente a su sentido de solidaridad.

En los últimos años, dispersos y desplazados como están, los mapuches han comenzado a organizarse para reafirmar sus valores tradicionales. Esto incluía sus antiguas creencias en lo sagrado de la tierra. Y están exigiendo sus derechos ancestrales. Desde su perspectiva nativa, consideran que la destrucción del medio ambiente y la extracción de sus recursos es una forma de genocidio que traerá hambre, sed y muerte, primero a los más pobres y vulnerables, y finalmente a todos.

Como resultado, una oleada de acción organizada entre los mapuche está en marcha. El movimiento más radical exige que el territorio de los mapuche se convierta en una nación mapuche autónoma, o Meli Wixan Mapu. Geográficamente, esto se extendería en una banda ancha a través del centro-sur de Chile a través de los Andes y hasta Argentina.